sábado, 24 de noviembre de 2007

La implosión funciona detonando explosivos en la superficie externa del objeto, por lo que la onda expansiva se mueve hacia adentro. La onda se transmite al núcleo, comprimiendo y aumentando su densidad hasta alcanzar el estado crítico. De este modo, el núcleo forma un armazón.

La implosión es la ruptura hacia dentro de las paredes de un sistema cuya presión interna es inferior a la de afuera. Por analogía, Baudrillard llama implosión a la destrucción interior que se produce cuando se vacía de significado el mundo. Jean Baudrillard (Reims, Francia, 1929 – París, 2007) sociólogo y crítico de la cultura francesa. Su trabajo se relaciona con el análisis de la posmodernidad y la filosofía del postestructuralismo.


Estas son algunas definiciones que he elegido por motivos que no he de explicar.
Personalmente,
he llegado a una resignificación del concepto implosión. Pretendería utilizarlo de modo que describa un estado, un modo de comportamiento, erróneo o no, una forma de expresar y no a la vez, discutible sí.
Hoy para mí, implosión, es mi modo de interactuar conmigo misma y con el mundo exterior también, motivo por el cual hoy y aquí se abre este espacio.




Carta a sí misma (preludio de bienestar)


Introducción
Sí, sé lo que estoy pensando, que en menos de unos minutos ya no le voy a encontrar sentido a esta carta, pero de alguna manera tengo en claro que me resulta necesario dejar constancia de ciertas cosas, sí, para mí misma, por eso me escribo. Creo que nunca voy a comprender del todo por qué, pero a quienes nos cuesta tanto el arte de la expresión oral de algún modo nos libera.


De repente hoy se siente bien. Y cuando digo bien me refiero a que existe algún tipo de equilibrio entre todas las cosas que me rodean. Nada es tan malo ni tan bueno lo cual no quita que, en realidad, lo bueno sea verdaderamente bueno.
Esto se basa en mi convicción de que las cosas malas siempre pesan más. Aunque suene complicado es bastante simple, hoy lo bueno es importante y vale tanto como para que el peso de las cosas sea casi ideal.

De repente siento la necesidad y motivación para hacer cosas nuevas, de repente tengo la inspiración suficiente para mover, despertar ideas latentes aplacadas por el malestar que me provoca la rutina, el aburrimiento y la molestia de estar haciendo cosas que no me satisfacen, al menos en el corto plazo.
Por momentos me invade la ansiedad y eso es motivante también, aunque la mayoría de las veces me agota. Pero el bienestar me provoca querer hacer todo junto y ahora, querer que los días sean más largos para poder cumplir con todo y que pasen más rápido también, para que lleguen las cosas nuevas.
Todo resulta bastante contradictorio, pero este tipo de contradicciones son las que me producen esa especie de adrenalina que por momentos empiezo a disfrutar.



Ficción (y una realidad)

(...) Es uno de esos días en los que uno no sabe cómo actuar, uno de esos en los que no hay límite entre la confusión y la claridad. Todo se vuelve la misma cosa, un universo abstracto de ficción y realidad. (...)

Introducción

Algún día me voy a despertar, prometió. Mientras tanto
siguió pensando en una película y soñando en ese mundo, y no pudo dejar de sumergirse en cualquier asunto que no perteneciera a la realidad y se preguntó si acaso la realidad era eso y era ella que no la comprendía.


Cada día que termina, cada noche, se siente una fotografía... como si fuera una película que estuviera por llegar a un punto decisivo y alguien la detuviera una y otra vez sin dejar ver el final. Vive estancada, caminando sobre el vacío, lo sabe. Y por más que se esfuerce en ver la realidad, algunas mañanas aparece ese alguien que le regala una sonrisa tímida y una mirada segura que la atraen y la hacen sentir bien, como si ese día pudiera ser diferente al resto, como si ese día fuera a pasar aquello que tanto anhela pero no sabe qué es, o quizás si.
Se distrae, sigue soñando, viviendo en fantasías eternas que la convierten en un ser que irradia un no se qué, que a los demás parece gustarles. Pero la noche llega y se pierde
está sola, piensa, camina, corre.

La película se detiene otra vez, se convierte en fotografía.



Sobre el deseo (y el querer)

Introducción

La palabra querer es, a veces, muy grande y anticipa deseos que pueden llegar a ser de los más simples a los más complejos y difíciles de conseguir o complacer. Un deseo puede ser paradójico, simple pero enorme, repleto de sensaciones que quizás alguien esté sintiendo, pero otro no.
Y donde quizás para alguien no haya nada más que unas cuantas horas, dos cuerpos y un roce, para otro se encuentre el momento más felíz.

. quiero lluvia . o no . quiero sábanas de cuadraditos y pies sin medias
. quiero no hablar
. quiero dormir
. quiero eso . no quiero otra cosa
. quiero que estés vos . quiero estar yo . no quiero nada
. quiero jugar a dormir con tus pies . quiero que quieras



Deseando y no (breve relato)


Era de esas personas definitivamente perseverantes. Cuando deseaba algo no existía otra posibilidad más que conseguirlo, y así era y así lo conseguía. Por momentos sus constantes e interminables logros le generaban dudas sobre el mérito que de estos poseía. De algún modo se sentía afortunado, de algún modo se sentía desgraciado. Cómo podría valorar todo lo conseguido si jamás había conocido lo que es no obtener lo que se pretende?. Podría acaso alguien controlar sus decisiones a tal punto de conseguir siempre todo lo deseado?, estaría su destino marcado de tal modo que sólo bastara desear para que todo su entorno se modificara y así sucediera?, existía tal destino?. Sólo basto un día, una hora, un segundo, para que completamente invadido por la duda, su mayor deseo fuera poder sentir, al menos una vez, la sensación de no conseguir lo que quisiera. Nunca imaginó que algo tan deseado pudiera cumplirse de una manera tan extraña y nunca imaginó que algo tan deseado pudiera ser lo último que deseara de ahí en más.
De pronto no deseaba nada, de pronto se dio cuenta de que transitaba la vida impulsado por una fuerza mayor que la de sus deseos, algo así como inercia o lo que algunos llaman rutina. Asustado al ver los resultados de su último deseo intentó correr, escapar, esconderse, pero en el fondo sabía que eso era imposible, pues las cosas que deseaba, se cumplían sin excepción. Cómo volver atrás?, cómo avanzar?, qué camino tomar?, qué sería de su vida sin poder cumplir el simple deseo de desear?, no lo sabía. Pasó días, semanas, meses preguntándose y preguntando a otros y sólo encontró resignación. Y así los años pasaron y así en medio de esa continua resignación se encontró desahuciado. Y así un día no muy diferente al resto, se encontró deseando volver a desear.